miércoles, 30 de octubre de 2013

Capítulo 1



La alarma suena. ¿Por qué tiene que sonar tan rápido? No he dormido nada. Voy hacia el cuarto de baño y miro al espejo... ¡Vaya mierda de cara! Tengo muchas ojeras, estoy de pena.
Salgo de la ducha rápido y busco la ropa y mis medias, deberían estar en este cajón…
-¡Aquí están!- exclamo. Me las pongo a toda velocidad mientras me bajo el ajustado vestido negro. Me acabo de dar cuenta que he engordado, esas cervecitas después del trabajo no me están haciendo ningún bien, menos mal que es negro y el negro estiliza el cuerpo. Me seco mi pelirrojo, largo y ondulado pelo. Me encanta. Me lo dejo suelto. Voy a por mis taconazos de color beige. El último retoque: un poco de rímel, colorete para quitarme la cara de pálida y labios rojos intensos. Un poco de perfume y lista para el ataque. Miro mi reloj, llego tarde, cojo las llaves del coche y salgo corriendo lo más rápido posible hacia él. Hoy no es mi día, hay atasco... Mierda de ciudades, todo lleno de coches. Voy a tener que llamar a mi secretaria.
- Clara, voy a llegar tarde, cancela la cita que tengo dentro de media hora.
- Pero Amanda, no puede ser, viene expresamente de Italia para reunirse contigo, es un negocio muy importante.
- Clara – le dije firmemente. Sabe que no me tiene que llevar la contraria, no me cae bien, va de mosquita muerta pero luego es una pedazo de guarra.
- Pero…
- No la canceles, pero arréglatelas como puedas para que no se desespere, como si le tienes que llevar al parque de atracciones – Hay un silencio- Clara, ¿me entiendes?
- Sí, ¿va a tardar mucho?
- Lo que sea necesario, Clara, nada más - le cuelgo bruscamente. ¿Qué confianzas son esas? Voy a tener que darle un toque de atención…
Hago que suene el claxon. ¡Joder! Una directora general  no puede estar aquí perdiendo el  tiempo en un atasco...

Ya subiendo en el ascensor. Mi estómago se revela, no he desayunado nada y necesito aunque sea un café con tostadas... Bueno, mejor sin tostadas o engordaré más. Antes de ir a mi despacho me paso por la mini cocina que tenemos en la empresa y me preparo un café. Me están tentando las tostadas con mermelada de melocotón, pero no, hoy mi fuerza de voluntad gana. Si hubiera visto Nutella en vez de la mermelada no sé si habría ganado… Nota mental: comer menos. Apenas puedo respirar con este vestido.
Voy a mi despacho con mi triste y solitaria taza de café. Cuando miro al frente... ¡Oh, dios mío! Pero, ¿quién es ese pedazo de tío? ¿Y qué coño hace hablando con Clara? Mi mente va a mil por segundo. Apuesto que es el italiano, y yo queriendo cancelar la cita… Menos mal que Clara insistió. Bien hecho, idiota, vas a ver ahora como te lo voy a robar en un par de segundos. Meto barriga y voy hacia donde están moviendo el culo de un lado a otro, intento ser sexy.
-Buenos días- le digo con mi mejor sonrisa. Clara me mira con cara de alucinada. Nunca me había visto tan simpática supongo... Estúpida- soy Amanda Sparks, directora creativa general.
-Buenos días, Amanda. Soy Lorenzo, su cliente, veo que le gusta llegar tarde- me dice riéndose. Tiene una sonrisa perfecta, blanca, que resalta con sus ojos azules como el cielo y ese pelo rubio… Me encanta, me estoy derritiendo por segundos. No me sonrías así, por favor… 1, 2, 3... Vuelvo a la realidad.
- Bueno, como ya sabrás, lo bueno se hace esperar – le guiño un ojo
 -Estoy contigo.-me sonríe, y me mira de arriba abajo disimuladamente. He acertado con este modelo, se nota. Luzco orgullosa.
Le hago pasar a mi despacho y mientras me siento, me doy cuenta que se estaba fijando en mi trasero. Llevo razón, le gusto. Estoy dando saltitos por dentro. Le digo que se siente mientras yo voy a mi cómoda silla que yo misma elegí. Estamos frente a frente
- En realidad, venía a que tú, mejor dicho esta empresa, patrocinará mi producto. Me parece un empresa seria, aparte de ser famosa y con mucho estilo y no solo por empleadas como usted… -
- Estoy totalmente de acuerdo contigo, Lorenzo, pero recuerda que no soy una empleada cualquiera, sino la directora general. Ahora hablemos de negocios- le digo de la manera más sexy que se pueda decir, mientras pongo un brazo encima de la mesa esperando su respuesta.
-no Amanda ahora no, quedemos esta noche para cenar y allí hablaremos de todo esto.
- De acuerdo, te doy mi número y me dices el lugar y la hora -no me lo puedo creer, acabo de quedar con este dios, estoy casi emocionada, hacia unos meses que no quedaba con un chico y con el último que quedé se fue con otra, pero esa es otra historia que no merece la pena ni recordarla.
-Tengo que irme ahora pero te veo esta noche, bellísima- me dice con su acento italiano, estoy a punto de deshacerme en pedazos, como me atrae este chico.
- Hasta luego Lorenzo, espero tu llamada- nos levantamos y estiro la mano para estrechársela para la despedida pero sin embargo se ríe, se inclina, me besa en la mejilla y se va .Creo que se me esta subiendo los colores, eso no me lo esperaba Lorenzo, me acaba de dejar confundida, creo que tengo hambre, pero ¡no! Son mariposas, ¿Qué mierda me esta pasando?… Amanda vas mal… me dice mi vocecita interior.

Miro el reloj son 13:30, llamo por el teléfono a Clara. Diez segundos mas tarde esta en  mi despacho. Le pido que cancele todas las citas de esta tarde y que llame a  mi esteticista , que a las 17.00 en mi casa, sin ningún motivo para no aparecer. Salgo corriendo hacia mi coche, voy para mi casa y me preparo la comida, como se que esta noche voy a comer  de más por la deliciosa culpa de Lorenzo, me voy a preparar una ensaladita cesar a  mi manera. Cuando termino de comer recojo todo y cojo mi portátil y veo si puedo adelantar  trabajo. Hay un par de cositas que si puedo hacer, me pongo a ello, y en menos de dos horas lo tengo acabado.
Estoy viendo la televisión  estirada en el sofá mientras viene la mujer que me va a dejar completamente sin pelos y veo en la televisión un anuncio hecho por mi, la verdad es que tengo bastante talento, por eso he llegado hasta el puesto en el que estoy, no fue muy difícil, después de terminar la carrera hice las prácticas en  la empresa en la que estoy y vieron que tenia talento y decidieron contratarme antes que me hicieran otras ofertas, no quiero parecer creída pero desde que estoy yo la economía ha aumentado en esta empresa y por eso es tan famosa, se puede decir que en  la empresa Marks soy un pilar muy grande, tanto que no se decide nada sin mi supervisión. Suena el timbre, ya esta aquí mi esteticista, espero que haga un milagro y me deje como nueva.  Después de hora y media de sufrimiento me voy de compras, necesito un modelito nuevo para salir con Lorenzo, ¡Ay Lorenzo! si supieras lo que te quiero hacer…
Elijo un vestido color rojo oscuro, ajustado, de una sola manga y por supuesto corto. Los tacones los elijo del mismo color.

Ya en casa espero impaciente la llamada de Lorenzo, ¿acaso se ha olvidado de mi? no me puedo despegar del teléfono. Por un segundo dejo el teléfono a un lado y voy a buscar la lencería sexy de Amanda Sparks , elijo un conjunto de tanga y sujetador negro, es simple pero sexy, quién sabe lo que puede pasar esta noche, pero tengo que estar preparada para todo, suspiro por este maravilloso Lorenzo.

Se escucha una música de fondo...
¡Es mi teléfono , es mi teléfono! Salgo de mi habitación corriendo, salto por encima del sofá pero calculo mal el salto y me he caigo, me he hecho daño, pero eso ahora mismo no importa, cojo el teléfono que esta en la mesita pequeñita que tengo entre la televisión y el sofá.
¡Oh, dios mío! Es Lorenzo ¿Qué hago? ,¿ qué le digo? !Cógelo ya! va a colgar  mi vocecita interior  como siempre pronunciándose.
-Hola Lorenzo- le digo normalmente, como si no fuera importante, no quiero que se dé cuenta.
-hola bellissima-se le escucha contento- no me querías coger el teléfono por lo que veo.
-te equivocas, estaba en mi  habitación cogiendo- Oh, no puedo decírselo, saldría corriendo.- Nada, estaba ocupada.
-vale, vale… Amanda he reservado en  Minors, a las 10 te parece bien?
-estupendo, hasta esta noche Lorenzo.
-Adiós, estoy deseando verte, no llegues tarde –después de decirme esto me cuelga, o sea, el también quiere verme, es increíble, no se que me pasa con este hombre que desde que lo vi, estoy babeando como una niña pequeña, parezco una adolescente. Después de diez minutos vuelvo a la realidad. Al levantarme noto una pequeña molestia en mi tobillo, ¡no me jodas! No me des problemas hoy no por favor tobillito cúrate.Vale si, estoy loca, estoy hablando con mi tobillo, como si me fuera a hacer caso...
Me levanto como puedo y me meto en la ducha de nuevo, parezco un pececito todo el dia metida en el agua.  Mientras me seco el pelo miro mi pie, lo tengo todo morado e hinchado, duele, no puedo estar apenas apoyada en ese pie, creo que me he hecho un esguince. Cojo el teléfono.
-Clara, llama a mi médica, necesito que venga ya- mi voz suena dolorida.
-¿Amanda?¿ Le ha pasado algo? es decir ¿Puedo hacer algo aparte de llamar a su médica?- Parece un poco preocupada pero me da igual, no quiero su caridad.
-Creo que me he lastimado el tobillo- no tengo porque darle mas explicaciones – que venga ya clara.
En  un cuarto de hora la medica, esta en casa, después de examinarme se confirman mis sospechas, tengo un esguince grado 1, es leve. Me ha puesto hielo y me ha mandado unos anti inflamatorios. Me ha puesto unas vendas en mi pobre tobillo. Que mala pata tengo, nunca mejor dicho. Me ha aconsejado que lo mantenga en alto y me da unas muletas.
 Empieza mi calvario.
Ni por el tobillo ni por nada del mundo voy a dejar de asistir a esta cena, si hubiera tenido mi casa más ordenada lo hubiera invitado, pero así no… que iba a pensar de mi pero ¿qué coño, quien lo iba a saber que pasaría esto?si es que soy un desastre...
Me acabo de dar cuenta que no puedo coger el coche, llamare a un taxi. Me siento un poco patética con un tacón y unas muletas, pero bueno, es lo que hay.
Entro en el restaurante como puedo y  me siento observada por el recepcionista, me esta mirando no se si es por el movimiento de caderas porque llevo un tacón  y muletas o no lo se…
-Buenas noches, soy Amanda Spark, tengo una mesa reservada para dos aqui, no se si habrá llegado todavía…- deja de mirarme con esa cara de espantapájaros, !dios, me pone enferma!
-Buenas noches señora Spark- espera me ha dicho señora? Tan vieja me ve esta cucaracha,'si podría ser su hermana!
-Señorita- le recalco para que se de cuenta de que me he molestado.
-Perdón , señorita Spark, me puede decir al nombre de quien esta puesta?-
- Lorenzo…. No se mas solo sé su nombre- que vergüenza , ¡tierra trágame!
-veré que puedo hacer… si aquí está, pase, mesa dieciséis.

Voy como puedo a la mesa y veo que Lorenzo me mira asombrado, con la boca abierta. En cuanto me ve se levanta y se me acerca. En mi estomago empiezan a revolotear mariposas
- Ho-ho-hola-tartamudea- ¿Estas bien?- Pone cara de confuso, y esta un poco preocupado se le nota, me da un beso en la mejilla.
-Bueno, todo lo bien que se puede estar con esto…- le enseño mi pobre pie vendando.
-Pero que te ha pasado Amanda, porque no me llamaste para decirme que no podías venir, y hubiera ido a tu casa.- Por eso querido, por eso mismo, no quiero que te asustes de cómo tengo mi casa.
-Fue tu culpa- le digo sonriendo
-¿Mi culpa? Por cierto estas guapísima, te queda genial ese vestido y ese tacón- se ríe un poco confuso.
-!Si es tu culpa! cuando me llamaste fui a coger el teléfono y me caí. - No le voy a decir que fui corriendo y calculé mal para tirarme al sofá. No quiero que piense que estoy desesperada.- No bromees con mi tacón- Pongo cara de globo. Parezco idiota, estoy volviendo a tener 15 años...
-Deja de estar levantada, siéntate, necesitas algo?¿Cómo has venido?- me dice mientras me pone las muletas a un lado.
- Todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra, tengo derecho a un abogado- me río y él  rie conmigo- necesito una silla para poner el pie en alto, y he venido en taxi- Enseguida me coloca una silla al lado y me coge el pie suavemente y me lo pone encima.
-Perdón, de beber señor, señora- otro que me dice señora, sin duda tengo cara de vieja.
-Para beber vino, cual aconsejas Amanda?- me pregunta.
-Yo aconsejo un Aloxe-Corton- se que es bastante bueno, y por lo tanto bastante caro, pero es un lujo que nos podemos permitir.
-Buena elección Amanda- Esta sorprendido no esperaba una respuesta así, te voy ganando Lorenzo.
-¿Entonces habíamos venido a hablar de trabajo verdad?- Le digo despreocupada mientras me como un trozo de queso que ha traído el camarero para picar mientras miramos la carta. El queso esta delicioso.
-Eh.. si – Lo tengo un poquito desconcertado, me río para dentro, por muy atractivo que sea no se lo voy a poner fácil  no, no…
-¿Cuál es tu propuesta Lorenzo?-
- Es un perfume, pero no busco uno que sea típico, busco algo diferente, nuevo, por eso he contratado a Marks, que por cierto me ha costado bastante y no me han tratado bien.- ¡Espera!¿ Cómo que no le han tratado bien? Pudo ser Clara… al verlo una presa fácil ha podido intentar echarle redes.
-¿Quién no te ha tratado bien Lorenzo?- le pregunto .
-La directora general, llego tarde y me hizo perder toda una mañana con su secretaria que se puso muy pesada…- Suspiro y luego estallo en risas ¿Me esta tomando el pelo?
- Já, no guapo, no, llegué tarde por culpa de un atasco….- estallo yo también en risas y sin darnos cuenta todo el restaurante esta mirando a nuestra dirección.
-mmmm con que guapo no?  me gusta- su acento me pone, no me hables así Lorenzo que me pongo tonta...
-Es un decir Lorenzo, aunque creo que esta vez lleva mucha razón.- Creo que me esta subiendo ya el vino, esto no lo habría dicho así de claro si estuviese sobria.
Pasamos una buena cena con una conversación muy amena, hablamos de trabajo, de su vida, de la mía, de todo un poco...
-Te invitaría a tomar la ultima en mi habitación de hotel pero veo que estas un poco discapacitada para poder ir – Lleva razón, !oh dios!En que mal momento no recogí mi casa… Así no lo puedo invitar…
- No pasa nada Lorenzo, nos vemos mañana en  mi despacho a las diez para llevar a cabo los acuerdos del contrato- Esto ya es trabajo, hay que trabajar un poco que para eso hemos venido en realidad.
-De acuerdo, pero te paso a buscar a tu casa Amanda, no puedes usar coche ¿recuerdas?- me mira el pie, tiene razón. – Y por supuesto te voy a llevar- Acepto sin decir nada, se que aquí no ganaré.
- Eres un caballero andante- Me río porque me abre la puerta del coche y me ayuda a salir.
- Muy graciosa Amanda- pone cara como si estuviera enfadado, pero no es así.- Te puedo acompañar hasta la puerta de tu casa, si quieres claro...
- No hace falta Lorenzo, puedo sola.-No insistas por favor, que si te meto en mi casa lo único que voy a tener ganas de hacer no puedo por tener el pie así…
-Bueno, Amanda, como tu veas, si necesitas algo por la noche, ya sabes, llámame.
- ¡Uy! No estarás tan convencido de decir eso, puedo ser muy pesada.- me río, pero en el fondo es verdad,  podría ser muy pesada, sobre todo si me pongo encima  mmmmm… tengo pensamientos sucios…
No se como he llegado a casa, casi me mato por las escaleras, putas muletas…Busco como puedo las llaves en mi bolso y cuando voy abrir la puerta veo que  la cerradura esta forzada… ¿Qué coño es esto? Entro como puedo rápidamente y enciendo la luz. Esta todo desordenado, todo tirado, Joder ¿Qué ha pasado aquí ? Cojo el móvil para llamar a la policía, pero antes de poder marcar siento un duro golpe en mi cabeza y caigo rendida en el suelo.

Sinopsis

Amanda es una exitosa directora de publicidad, con mucha personalidad, extrovertida, sincera y algo descarada. No va en busca del amor, ni es romántica, pero poco a poco la llegada de un millonario italiano sacará su parte dulce y le hará ver que sus cinco sentidos aún siguen vivos. Éste le hará descubrir todo lo que conlleva estar enamorada de un hombre italiano.
Es una historia de amor, llena de ilusiones, desilusiones y situaciones que harán cambiar sus vidas como nunca antes lo habían imaginado.